El desarrollo urbano conlleva una serie de ventajas como oportunidades económicas y mejoras en la calidad de vida para muchos de sus habitantes. Sin embargo, también trae consigo desafíos significativos en términos de desequilibrios sociales, económicos y medioambientales.

La ONU subraya que el 70 % de todas las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) proceden de los núcleos urbanos, en su mayoría mal diseñados, con un transporte público insuficiente y un alto consumo energético.

Dentro el ODS 9 “INDRUSTRIA, INNOVACION E INFRAESTRUCTURA”  de la ONU se destaca la necesidad de construir infraestructuras resilientes, promover la industrialización sostenible y fomentar la innovación.

 

¿Qué son las infraestructuras sostenibles?

 

Son todas esas construcciones y sistemas que proporcionan servicios esenciales para la población, como carreteras, puentes, redes de telecomunicaciones, plantas de energía, entre otros, pero que están diseñadas, construidas y gestionadas de acuerdo con los principios de sostenibilidad en todas sus dimensiones.

Esto implica que estas infraestructuras deben ser planificadas, construidas y operadas de manera que minimicen su impacto negativo en el medio ambiente, promuevan la equidad social y contribuyan al desarrollo económico a largo plazo.

El objetivo de las infraestructuras sostenibles es satisfacer las necesidades presentes sin comprometer la capacidad de las generaciones futuras para satisfacer las suyas propias, promoviendo así un desarrollo equilibrado y duradero.

 

Las cuatro dimensiones de las infraestructuras sostenibles

 

Las infraestructuras sostenibles se caracterizan por abordar cuatro dimensiones clave de la sostenibilidad:

  1. Ambiental: las infraestructuras sostenibles minimizan su impacto en el medio ambiente y promueven la conservación de los recursos naturales. Esto implica la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero, la conservación de la biodiversidad, el uso eficiente de la energía y el agua, y la gestión responsable de los residuos.
  2. Social: las infraestructuras sostenibles buscan promover la equidad social y la inclusión de todas las personas en el acceso y uso de los servicios básicos. Esto implica garantizar la accesibilidad para personas con discapacidad, la creación de empleo local, la mejora de la calidad de vida de las comunidades cercanas y la participación ciudadana en el proceso de planificación y toma de decisiones.
  3. Económica: las infraestructuras sostenibles son económicamente viables a largo plazo y contribuyen al desarrollo económico sostenible. Esto implica maximizar el retorno de la inversión a lo largo del ciclo de vida de la infraestructura, fomentar la innovación tecnológica y la creación de empleo, y promover la eficiencia en el uso de los recursos financieros.
  4. Institucional y de gobernanza: esta dimensión se refiere a la importancia de contar con marcos institucionales y de gobernanza sólidos para promover la sostenibilidad en el desarrollo y gestión de infraestructuras. Esto implica la transparencia, la rendición de cuentas, la cooperación entre diferentes actores y la integración de consideraciones de sostenibilidad en las políticas y regulaciones pertinentes.

Construir infraestructuras sostenibles requiere un enfoque integral que considere y equilibre los diversos aspectos económicos, sociales y ambientales involucrados, así como un marco institucional y de gobernanza sólido que facilite su implementación efectiva.

 

Ventajas de las infraestructuras sostenibles

 

Las infraestructuras sostenibles ofrecen una serie de ventajas importantes que impactan positivamente en el medio ambiente, la sociedad y la economía. Aquí están algunas de las ventajas principales:

  1. Sostenibilidad ambiental: las infraestructuras sostenibles están diseñadas y construidas para minimizar su impacto negativo en el medio ambiente. Utilizan recursos de manera eficiente, reducen las emisiones de gases de efecto invernadero y promueven la conservación de la biodiversidad y los ecosistemas.
  2. Mejora de la calidad de vida: proporcionan servicios esenciales, como agua potable, saneamiento, energía y transporte, de manera más eficiente y equitativa. Mejoran la calidad de vida de las personas al garantizar un acceso adecuado a estos servicios básicos, especialmente en comunidades vulnerables o desatendidas.
  3. Resiliencia y adaptación: estas infraestructuras son más resilientes frente a desastres naturales y eventos extremos, como inundaciones, huracanes o sequías. Están diseñadas para resistir y recuperarse de estos eventos de manera más efectiva, reduciendo los daños materiales y humanos y promoviendo la capacidad de adaptación de las comunidades.
  4. Eficiencia y ahorro de costos: Las infraestructuras sostenibles suelen ser más eficientes en términos de consumo de recursos y energía. Esto puede llevar a ahorros significativos a largo plazo en términos de costos operativos y de mantenimiento. Además, pueden generar ingresos adicionales a través de la venta de energía renovable u otros servicios ambientales.
  5. Generación de empleo y desarrollo económico: La construcción y operación de infraestructuras sostenibles crean empleos en una variedad de sectores. Esto impulsa el desarrollo económico local y regional y contribuye a la creación de una economía más resiliente y diversificada.

Las infraestructuras sostenibles ofrecen una serie de ventajas que van más allá de la protección del medio ambiente, impactando positivamente en la sociedad y la economía al mejorar la calidad de vida, promover la resiliencia y generar oportunidades de empleo y desarrollo.

 

Construyendo un futuro sostenible

 

En un mundo donde las infraestructuras tienen un impacto significativo en el medio ambiente y en la calidad de vida de las personas, la construcción de infraestructuras sostenibles emerge como un objetivo prioritario. La sociedad está cada vez más consciente de que la forma en que construimos tiene repercusiones en el planeta y en sus habitantes. Es en este contexto que el Instituto de Infraestructura Sostenible, líder en la promoción y desarrollo de prácticas constructivas respetuosas con el medio ambiente, juega un papel crucial en la orientación de técnicos y profesionales del sector hacia la construcción de un futuro más sostenible.

Esta conciencia creciente impulsa la necesidad de invertir en infraestructuras sostenibles, no solo como una respuesta urgente a los desafíos ambientales actuales, sino también como una oportunidad para construir un futuro más próspero y equitativo para las generaciones presentes y futuras.